La urticaria crónica es una afección cutánea caracterizada por la aparición recurrente de ronchas o habones acompañados de picor intenso. A diferencia de la urticaria aguda, esta condición persiste durante más de seis semanas y puede tener un impacto significativo en la calidad de vida. En este artículo exploramos sus causas, síntomas y las mejores opciones de tratamiento.
¿Qué es la urticaria crónica?
La urticaria crónica es una enfermedad de la piel que provoca la aparición de habones (ronchas elevadas) en la piel, con o sin angioedema (hinchazón en las capas más profundas de la piel). Estas lesiones son transitorias, desaparecen y reaparecen en diferentes áreas del cuerpo.
Se clasifica en dos tipos:
- Urticaria crónica espontánea: No tiene un desencadenante identificable.
- Urticaria crónica inducible: Provocada por estímulos físicos como frío, calor, presión o ejercicio.
Aunque no es contagiosa, puede ser debilitante y requerir manejo médico especializado.
Causas y factores de riesgo
En muchos casos, la urticaria crónica no tiene una causa clara. Sin embargo, se asocia a factores inmunológicos y desencadenantes específicos.
Causas principales:
- Respuesta autoinmune: El sistema inmunológico ataca las propias células.
- Liberación de histamina: Causada por mastocitos activados en la piel.
- Infecciones crónicas: Helicobacter pylori o infecciones virales.
- Alergias: Aunque son más comunes en la urticaria aguda, pueden influir en casos crónicos.
Factores de riesgo:
- Estrés emocional.
- Uso de medicamentos como AINEs o antibióticos.
- Enfermedades autoinmunes subyacentes (lupus, tiroiditis).
Síntomas comunes
Los principales síntomas de la urticaria crónica incluyen:
- Habones: Ronchas elevadas, rojizas o blancas, con bordes bien definidos.
- Picazón intensa: Puede empeorar por la noche.
- Angioedema: Hinchazón en labios, párpados o extremidades.
- Lesiones transitorias: Desaparecen en menos de 24 horas y aparecen en otras áreas.
En algunos casos, puede interferir con el sueño, el trabajo y la vida social, afectando profundamente el bienestar del paciente.
Diagnóstico de la urticaria crónica
El diagnóstico se basa en la historia clínica y la observación de los síntomas. En casos complejos, se pueden realizar pruebas adicionales como:
- Análisis de sangre: Para descartar enfermedades autoinmunes o infecciones.
- Pruebas de alergia: Identificar sensibilidades específicas.
- Pruebas físicas: Evaluar desencadenantes como presión o temperatura.
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Opciones de tratamiento y manejo
El tratamiento de la urticaria crónica tiene como objetivo aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida. No olvide consultar con un especialista antes de realizar cualquier tipo de tratamiento.
Tratamientos de primera línea:
- Antihistamínicos H1 no sedantes: Como cetirizina, loratadina o fexofenadina.
Tratamientos de segunda línea:
- Incrementar la dosis de antihistamínicos.
- Antihistamínicos H2: Para potenciar el efecto.
Tratamientos avanzados:
- Omalizumab: Anticuerpo monoclonal para urticaria refractaria.
- Ciclosporina: En casos severos y resistentes.
Cuidados complementarios:
- Evitar desencadenantes conocidos.
- Usar ropa cómoda y evitar el rascado excesivo.
Cómo prevenir la urticaria crónica
Aunque no siempre se puede prevenir, estas medidas pueden ayudarte a reducir los brotes:
- Identifica y evita desencadenantes personales.
- Controla el estrés mediante técnicas de relajación.
- Mantén la piel hidratada con productos suaves.
- Evita el uso excesivo de medicamentos que puedan empeorar los síntomas.
Impacto en la calidad de vida y cuándo consultar a un especialista
La urticaria crónica puede ser debilitante, afectando el sueño, la productividad y las relaciones sociales. Si los síntomas son persistentes, interfieren con tus actividades diarias o no responden al tratamiento inicial, es fundamental buscar atención especializada.
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