El melasma, también conocido como «paño» o «manchas del embarazo», es una afección cutánea común caracterizada por manchas oscuras en la piel, principalmente en áreas expuestas al sol como el rostro. Aunque no representa un problema médico grave, puede afectar significativamente la autoestima. En este artículo exploramos sus causas, síntomas y los tratamientos más efectivos.
¿Qué es el melasma?
El melasma es una hiperpigmentación de la piel causada por un aumento en la producción de melanina, el pigmento responsable del color de la piel. Se manifiesta como manchas marrones o grises en áreas como las mejillas, la frente, el labio superior, la nariz y el mentón.
Aunque afecta principalmente a mujeres en edad fértil, los hombres también pueden desarrollarlo. Factores hormonales y ambientales desempeñan un papel clave en su aparición.
Causas y factores de riesgo
El melasma tiene un origen multifactorial, con una interacción entre factores genéticos, hormonales y ambientales.
Causas principales:
- Exposición al sol: Los rayos UV estimulan la producción de melanina.
- Cambios hormonales: Común en el embarazo, uso de anticonceptivos hormonales o terapias de reemplazo hormonal.
- Predisposición genética: Más común en personas con piel más oscura (fototipos III a V).
Factores de riesgo:
- Sexo femenino (90% de los casos).
- Uso de productos cosméticos irritantes.
- Exposición a luz azul (dispositivos electrónicos).
Síntomas comunes
El melasma se caracteriza por:
- Manchas marrones o grises: Planas, simétricas y con bordes irregulares.
- Distribución en áreas expuestas al sol: Principalmente rostro, pero también puede aparecer en brazos o cuello.
- Ausencia de síntomas físicos: No hay dolor, picazón ni inflamación.
Tipos de melasma según su profundidad:
- Epidérmico: Pigmentación en las capas más superficiales.
- Dérmico: Afecta capas profundas de la piel, más difícil de tratar.
- Mixto: Combinación de ambos tipos.
Diagnóstico del melasma
El diagnóstico del melasma es clínico, basado en la apariencia y localización de las manchas.
Pruebas adicionales:
- Luz de Wood: Permite identificar la profundidad de la pigmentación.
- Biopsia cutánea: En casos raros, para descartar otras condiciones pigmentarias.
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Opciones de tratamiento y manejo
El tratamiento del melasma se enfoca en reducir la pigmentación y prevenir su reaparición. No olvide consultar con un especialista antes de realizar cualquier tipo de tratamiento.
Tratamientos tópicos:
- Hidroquinona: Inhibidor de la producción de melanina.
- Ácido kójico y ácido azelaico: Agentes despigmentantes.
- Retinoides tópicos: Favorecen la renovación celular.
Terapias avanzadas:
- Peelings químicos: Ayudan a exfoliar la piel y reducir las manchas superficiales.
- Láser o luz pulsada: Para melasma dérmico o mixto.
Cuidados diarios:
- Uso constante de protector solar de amplio espectro (SPF 50+).
- Evitar la exposición al sol durante las horas pico.
- Usar sombreros o ropa que cubra el rostro.
Cómo prevenir el melasma
Si tienes predisposición al melasma, estas medidas pueden ayudar a prevenirlo:
- Aplica protector solar todos los días, incluso en interiores.
- Usa productos cosméticos y de cuidado de la piel suaves, sin fragancias ni irritantes.
- Limita la exposición a luz azul utilizando protectores específicos.
- Evita cambios hormonales no controlados, como uso innecesario de anticonceptivos.
Impacto en la calidad de vida y cuándo consultar a un especialista
Aunque el melasma no causa problemas de salud, puede tener un impacto emocional significativo debido a su visibilidad. Si las manchas no responden a tratamientos básicos o te generan inseguridad, consulta a un dermatólogo.