Hiperhidrosis

La hiperhidrosis es una condición caracterizada por sudoración excesiva, que puede ocurrir incluso en situaciones en las que el cuerpo no necesita enfriarse. Afecta tanto a nivel físico como emocional, impactando la calidad de vida de quienes la padecen. En este artículo, exploramos las causas, síntomas y opciones de tratamiento para la hiperhidrosis.

¿Qué es la hiperhidrosis?

La hiperhidrosis se presenta como sudoración excesiva en áreas específicas del cuerpo (hiperhidrosis localizada) o de manera generalizada en todo el cuerpo (hiperhidrosis generalizada).

Tipos principales:

1. Hiperhidrosis primaria: No está asociada a una condición médica subyacente y suele afectar áreas como axilas, palmas, plantas de los pies o rostro.
2. Hiperhidrosis secundaria: Es un síntoma de una enfermedad subyacente, como trastornos hormonales, problemas neurológicos o infecciones.

Causas de la hiperhidrosis

Hiperhidrosis primaria:

• No tiene una causa conocida, aunque puede haber un componente genético.
• Se debe a una sobreactividad de las glándulas sudoríparas.

Hiperhidrosis secundaria:

• Puede ser causada por:
  • Menopausia (sofocos).
  • Hipertiroidismo.
  • Diabetes.
  • Infecciones.
  • Ansiedad o estrés crónico.
  • Efectos secundarios de ciertos medicamentos.

Síntomas comunes

• Sudoración excesiva que no está relacionada con la temperatura ambiente ni con la actividad física.
• Manchas visibles en la ropa debido al sudor.
• Palpitación o incomodidad emocional en situaciones sociales.
• Problemas funcionales, como dificultad para sostener objetos por manos sudorosas.

Diagnóstico de la hiperhidrosis

El diagnóstico incluye una revisión de los síntomas y, en algunos casos, pruebas específicas:

• Historia clínica: Para determinar si se trata de una hiperhidrosis primaria o secundaria.
• Prueba de almidón-yodo: Se aplica una solución de yodo en la piel, que reacciona con el sudor y muestra áreas de sudoración excesiva.
• Análisis de sangre: Para descartar causas subyacentes, como trastornos hormonales.

Opciones de tratamiento y manejo

No olvide consultar con un especialista antes de realizar cualquier tipo de tratamiento.

Antitranspirantes de alta potencia

• Productos con cloruro de aluminio que bloquean temporalmente las glándulas sudoríparas.
• Disponibles sin receta o prescritos por un dermatólogo.

Medicamentos orales

• Anticolinérgicos: Reducen la sudoración al bloquear las señales nerviosas que activan las glándulas sudoríparas.
• Betabloqueantes o benzodiacepinas: Ayudan en casos relacionados con ansiedad o estrés.

Botox (toxina botulínica tipo A)

• Inyecciones que bloquean las señales nerviosas responsables de activar las glándulas sudoríparas.
• Ideal para hiperhidrosis localizada (axilas, manos, pies).
• Los efectos duran de 4 a 6 meses.

Tratamientos con energía

• Iontoforesis: Un dispositivo que utiliza corriente eléctrica para reducir la actividad de las glándulas sudoríparas, especialmente en manos y pies.
• Láser: Para destruir glándulas sudoríparas en axilas.

Cirugía

• Simpatectomía torácica: Procedimiento quirúrgico para cortar los nervios que controlan las glándulas sudoríparas. Se usa solo en casos graves y resistentes a otros tratamientos.

Consejos para manejar la hiperhidrosis en el día a día

• Usa ropa transpirable y de colores oscuros para disimular las manchas de sudor.
• Aplica antitranspirantes por la noche, cuando las glándulas sudoríparas están menos activas.
• Evita alimentos picantes o bebidas calientes que puedan desencadenar sudoración.
• Lleva pañuelos o toallitas absorbentes para secar el sudor rápidamente.

Impacto emocional de la hiperhidrosis

La hiperhidrosis no solo afecta físicamente, sino que también puede generar:

• Ansiedad social.
• Baja autoestima.
• Dificultades en el trabajo o en relaciones personales.

Si sientes que la hiperhidrosis está afectando tu bienestar emocional, busca apoyo profesional.

Cómo la teledermatología puede ayudarte

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