El clavus, comúnmente conocido como callo, es un engrosamiento de la piel causado por presión o fricción repetitiva. Aunque es una condición benigna, puede ser doloroso y afectar actividades diarias. Los callos suelen aparecer en los pies, pero también pueden formarse en las manos o cualquier área sometida a fricción constante.
¿Qué es un clavus?
El clavus es una respuesta natural de la piel para protegerse contra la presión constante o la fricción. Se forma una capa gruesa de piel endurecida que puede ser:
- Clavus duro:
- Localizado en áreas óseas, como los dedos de los pies.
- Tiene un núcleo central que puede ser muy doloroso.
- Clavus blando:
- Aparece entre los dedos de los pies, donde hay más humedad.
- Es más flexible pero puede ser igualmente molesto.
- Clavus vascularizado:
- Incluye vasos sanguíneos en su estructura, lo que puede causar sangrado al intentar removerlo.
- Clavus neurovascular:
- Afecta terminaciones nerviosas, haciendo que sea muy doloroso.
Causas del clavus
- Presión constante:
- Usar zapatos apretados o mal ajustados.
- Caminar descalzo en superficies duras.
- Fricción repetitiva:
- Actividades manuales sin guantes, como jardinería o carpintería.
- Anomalías anatómicas:
- Dedos en martillo, juanetes u otras deformidades óseas que generan presión adicional.
- Falta de acolchado natural:
- Pérdida de tejido adiposo en los pies, común con la edad.
Síntomas del clavus
- Área endurecida de piel: De color amarillento o grisáceo.
- Dolor: Especialmente al caminar o aplicar presión sobre el callo.
- Sensibilidad al tacto: Más notable en clavi duros con núcleo central.
- Inflamación o enrojecimiento: En casos de irritación constante.
Diagnóstico del clavus
El diagnóstico se basa en:
- Historia clínica: Identificar actividades o calzado que causan presión o fricción.
- Examen físico: Observación de la forma, ubicación y profundidad del callo.
- Diferenciación:
- El clavus se diferencia de las verrugas plantares porque estas últimas presentan puntos negros (capilares) y no tienen núcleo central endurecido.
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Tratamientos para el clavus
El tratamiento busca aliviar el dolor y eliminar el callo sin dañar la piel circundante. No olvide consultar con un especialista antes de realizar cualquier tipo de tratamiento.
Cuidados en casa:
- Remojo: Sumerge los pies en agua tibia durante 10-15 minutos para suavizar la piel.
- Piedra pómez: Usa una piedra pómez o lima suave para reducir gradualmente la piel engrosada.
- Hidratación: Aplica cremas con urea o ácido salicílico para ablandar el callo.
Tratamientos médicos:
- Eliminación profesional:
- Un dermatólogo o podólogo puede raspar el callo con instrumentos esterilizados.
- Parches con ácido salicílico: Ayudan a descomponer la piel engrosada, pero deben usarse con precaución.
Prevención de la recurrencia:
- Plantillas ortopédicas: Ayudan a redistribuir la presión en los pies.
- Zapatos cómodos: Opta por calzado con punta ancha y buena amortiguación.
Casos avanzados:
- Cirugía: En deformidades óseas que causan callos recurrentes, puede ser necesario corregir la alineación.
Consejos para prevenir el clavus
- Usa calzado adecuado: Asegúrate de que los zapatos no sean demasiado apretados ni sueltos.
- Mantén los pies hidratados: Evita la sequedad excesiva que pueda favorecer el engrosamiento de la piel.
- Protege las áreas de fricción: Usa almohadillas o vendajes en zonas propensas.
- Evita caminar descalzo: Especialmente en superficies duras o rugosas.
Cuándo consultar a un dermatólogo
Consulta a un especialista si:
- El callo es muy doloroso o sangra.
- No mejora con cuidados en casa.
- Tienes diabetes u otra condición que afecte la circulación o cicatrización.
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